¿La última vez que fuiste a una fiesta, obra de teatro, concierto, festival o reunión “tranquí” pasó por tu cabeza que posiblemente sería la última vez que lo harías de la forma que conocías hasta ese día? Lo más probable es que la respuesta sea NO.

Desde hace algunos meses la humanidad ha experimentado una serie de sucesos catastróficos y de volúmenes apocalípticos que se han visto reflejados en la forma en la que vivimos, la interacción social, nuestros hábitos de consumo, la forma de ir a la oficina y claro, ha afectado la forma en la que solíamos divertirnos.

La llegada de la pandemia y su amiga la cuarentena trajeron consigo un sinfín de cambios para todas las industrias, incluyendo el entretenimiento y nos ha dejado ver una cara que sin duda no conocíamos de sus jugadores hasta ahora.

¿Alguna vez habías reflexionado sobre lo frágil de las empresas de este rubro? Al menos yo no, siempre vi como monstruos a productoras como Live Nation, Anschutz Entertainment y para no ir tan lejos el simil de América Latina, Ocesa; organizadores de fiestas, conciertos, festivales y eventos que se encargaban de abarrotar estadios, centros nocturnos, plazas públicas, en fin cualquier espacio que pudiera funcionar como venue, parecía que estos titanes y esta industria lo tenían todo resuelto, pero lo cierto es que el entretenimiento que consumimos es sumamente vulnerable,  con la llegada del COVID-19 y sin la posibilidad de realizar eventos en quien sabe cuánto tiempo estas empresas podrían empezar a desaparecer.

¿Y que sigue en el panorama? Renovarse o morir, púes las empresas de entrenamiento y sus marcas patrocinadoras deberán buscar la forma de mantener a sus públicos cautivos

Las alternativas hasta ahora han sido pocas, colectivos, empresas, centros de consumo, talentos y hasta músicos amateurs en un intento por mantener a flote el entretenimiento han inundado la red con streamings de todo tipo, muchos de ellos de muy buena calidad, adicionados mapping y elementos gráficos para generar más interacción, sin embargo al poco tiempo parece que ese recurso se ha gastado, necesitamos opciones viables para realizar eventos memorables desde casa, nuevas formas de interacción digital, diferentes opciones para cerrar la brecha física que nos sepera del mundo exterior, experiencias inmersivas que logren atrapar la atención de un público que cada vez fija menos tiempo a los contenidos de internet.

Eso en cuanto al entretenimiento digital pero  ¿qué pasa con el mundo físico?

Ideas como los autoconciertos una iniciativa que tuvo origen en Dinamarca como una opción a poder asistir a un concierto pero desde tu auto, este formato sigue manteniendo la premisa de la sana distancia pero brinda la oportunidad de vivirlo out door a través de sintonía FM en el auto de los asistentes y transmisión on line.

El pasado jueves 14 de mayo algunas empresas de entretenimiento con sede en Estados Unidos y México como Rock Show Entertainment, Switch it, Meximm México International Music Market anunciaron que esta iniciativa se activará en México a partir de junio en varios recintos aunque ahora solo se ha mencionado el nombre Autocinema Coyote.

¿Será que tendremos que adaptarnos al entretenimiento en nuestras salas, cocinas y balcones o desde el FM de nuestros autos?