Como preámbulo al mes del Pride, vale la pena hablar de la relevancia y potencial del mercado LGBT+ que muchas marcas ya están utilizando a su favor y otras, bueno, no tanto.
¿Por qué el mercado LGBT+ es tan sólido y es tan buena apuesta para las marcas?
“Double income, no kids”
Los hijos son una maravilla (cuentan) pero, a pesar de tener regulaciones legales a favor, las parejas LGBT+ prefieren no tener hijos, por lo que todos los ingresos son generalmente utilizados para complacer gustos de cualquier tipo, incluso de lujo. Esto no es exclusivo para parejas, el mismo comportamiento se reconoce en personas solterxs.
Así como el universo puso trabas de aceptación social para este grupo, también los dotó de una mezcla de talentos que a la gran mayoría les permite ser competentes en el mundo laboral, por lo general tienen una carrera profesional y se siguen preparando continuamente, esto les asegura un ingreso estable y en algunos casos superior en comparación a otros grupos del país.
Creze, empresa mexicana de servicios financieros que se dedica a la evaluación y gestión de riesgos, estima que el monto total al que asciende la riqueza patrimonial de quienes forman parte de esta comunidad gira en torno a los 18 billones de dólares.
También, de acuerdo con LGBT Capital, compañía especializada en asesorar a empresas que quieran incursionar en el mercado LGBT+, si esta comunidad fuera un país sería considerado la cuarta economía de planeta.
Entonces, ¿Por qué hay empresas que se rehúsan?
Si bien varias marcas han apuntado a este segmento de mercado con estrategias muy claras (y algunas veces nada sutiles), hay marcas (incluso con ínfulas de “open-minded”) que todavía no están listas o dispuestas a dar ese paso.
Creo que en muchos casos (no siempre) la razón principal va más allá de prejuicios sociales.
El motivo real es el miedo de “perder lo que han construido”. No se quieren arriesgar a clasificarse como “marca LGBT+” y perder su participación de mercado “por eso”.
Pero, lo que las compañías deberían entender y analizar a profundidad, es que NO todos los esfuerzos para la comunidad deben ser iguales y no significa que tienen que lanzar una edición especial con los colores de la bandera LGBT+ para incursionar en este mercado.
Hay una gran diversidad de colores dentro de la bandera y a cada subsegmento se le debería hablar de forma diferente; desde lo sutil hasta lo directo, cada marca con su tono y adn.
Marcas, ¡pónganse las pilas!
Y para terminar con una bomba e irme…
En el mundo y México no es la excepción, muchas personas no son abiertamente gay (me atrevo a decir que más del 70% “sigue en el clóset”) por lo que, si pudiéramos numerizarlos, en realidad ¿a cuánto asciende el potencial de este mercado?